fbpx

Algunos sabios consejos para controlar la ansiedad

  • centro de obesidad y cirujanos bariátricos, consulta Gustavo Czwiklitzer, clínica obesidad para perder peso Santiago de Chile

Vamos a suponer que los has visto ya, que comprendes un poco mas qué te sucede; sin embargo, aún tienes en tu cuerpo nerviosismo, inquietud, incluso hasta ganas de comerte los dedos, de fumar, o de ir al quiosco a comprarte todos los chocolates que encuentres.

Por lo que has visto y llevado a cuenta, ya sabes un poco más lo que piensas y sientes en esos momentos. Ahora nos queda conocer las sensaciones corporales que aparecen. Por ejemplo, si tu sensación es la de una gran inquietud o nerviosismo que recorre todo tu cuerpo, entonces esa sensación va a ser llevada al máximo, sobredimensionándola.

Lo que debes hacer: Intenta ubicarte en un lugar que estés cómodo, y comienza a volverte inquieto. Fuerza ese nerviosismo hasta su punto máximo y luego aflójate totalmente. Relájate.

Respira profundo y toma conciencia de cómo estás ahora. Esto lo puedes hacer varias veces. Siempre existe en nosotros la fantasía que dentro nuestro hay algo terrible, casi monstruoso, de lo que siempre estamos queriendo escapar. Son aspectos nuestros que no nos gustan o traumas que nos han quedado de historias que hemos vivido en nuestra infancia. Es en nuestro cuerpo que queda el registro de todas estas emociones y recuerdos.

Nuestro cuerpo es como una gran computadora que registra todo lo que nos pasa

Este ejercicio de intensificar al máximo esta experiencia corporal te permitirá (aunque no te des cuenta) deshacerte de viejas estructuras. Ahora, como puede ser que sea la primera ves que te acerques a ti mismo, es posible que no registres cambios inmediatos, y que igualmente te sigas sintiendo ansioso. Para ello, te daremos una herramienta más para que puedas utilizar como soporte: Realiza ejercicio físico. Puedes trotar en el lugar por ejemplo. Ponte música y baila o puedes dar una vuelta manzana. Lo importante aquí es romper el hábito.

La ansiedad nos conduce a hacer siempre lo mismo. Lo que debemos hacer es buscar otras maneras que nos acerquen a una vida mas sana. Entonces ¿para que una idea como la de ayuno de ansiedades? Pues sabemos los problemas que nos puede ocasionar la ansiedad: Hipertensión, úlceras, insomnio… nos puede provocar muchos síntomas y molestias físicas y mentales. Les recuerdo que la ansiedad no tiene que ver con el aquí y ahora.

La ansiedad se genera por nuestra proyección hacia el futuro, que comienza en la mente, y el cuerpo se acopla a estos pensamientos. Nuestro cuerpo esta lleno de experiencias vividas en el pasado. De los modelos de mandatos que fuimos incorporando de nuestros padres, de nuestra familia, de la sociedad misma, sin darnos cuenta estamos viviendo de acuerdo a esos mandatos y esos modelos, los cuales terminan convirtiéndose en hábitos. Y los hábitos son siempre mecánicos e inconscientes. Por ejemplo, si tienes el habito de ir al baño apenas te levantas, para lavarte los dientes, y te propones el día anterior no hacerlo, a la mañana te vas a encontrar frente al espejo con el cepillo de dientes en la mano y, con suerte, vas a recordar que habías planeado no hacerlo el día anterior.

El hábito es así, lo hacemos sin darnos cuenta. Es repetitivo, es compulsivo y mecánico, y no hay conciencia. Lo mismo sucede con la ansiedad. La acción manifiesta de la ansiedad es inconciencia pura. Este acto inconsciente esta conectado con el no hacerse cargo del aquí y ahora. Y hacerse cargo es poder darse a sí mismo una respuesta adecuada. Es decir, no respondernos lo que deberíamos hacer, sino dar una respuesta espontánea que surja de nuestro interior, y que la mayoría de las veces está encubierta por nuestros mandatos internalizados, y por el famoso “debo hacer”.

Las costumbres

En general todos reaccionamos por costumbre o por lo que se supone que debemos decir o hacer, y lo que es peor aun es que nos pasamos la vida actualizando conceptos de nosotros mismos que no tienen nada que ver con lo que realmente somos. La intención es descubrir quienes somos. No lo que los otros quieren que seamos. Pues muchas veces nuestros excesos tienen que ver con la imposibilidad de ser lo que verdaderamente somos. La mejor manera de empezar a ser libres, es estar presentes en el aquí y ahora tomando conciencia de cada acto, de cada emoción, sensación, sentimiento o pensamiento que nos suceda.

Entonces si viene un ataque de ansiedad y marchamos directo a la heladera, hay que detenerse un minuto, respirar profundo, saltar, cantar, bailar… gritar. En fin, algo que detenga el hábito, hacer cualquier otra cosa menos aquello que repetimos compulsivamente una y otra vez. Sé que esto no es mágico tampoco. Por que lo hagamos una vez, no se rompe el hábito. Años de repetición de conducta no se borran con una sola pasada. No obstante, el camino de la tortuga o de la hormiga, paso a paso, funciona. Vean la siguiente historia sino: Una hormiga renga caminaba por un sendero, cuando pasó a toda velocidad una liebre. Pasados unos cuantos metros, la liebre retrocede y se acerca a la hormiga. Le pregunta: “a donde vas?” La hormiga le responde que va camino a la Meca. La liebre sonríe y dice: “a ese paso no llegarás nunca”. La hormiga respondió: “Lo que realmente importa es estar en camino”.

La propuesta del camino

Entonces, es mejor estar enfocado en que uno esta en camino; de esta forma no hay obsesion con la meta, que es cuando empiezan las decepciones. Por qué? Pues la ansiedad no tiene fin. La ansiedad hace que todos tus deseos se multipliquen. Es inacabable. Comes solo un poco de chocolate, y se te antoja una fruta, y después una golosina, y después y después… porque la ansiedad no para. Esto se relaciona también con la exigencia. Vivimos en una sociedad en donde lo que eres, lo que sientes, lo que te sucede, no es valorado. Al contrario, en esta sociedad lo que se debe hacer es más importante. No se valora la persona por lo que es, si no por lo que tiene y por su imagen.

En general cuando conocemos a alguien, las preguntas que surgen no son acerca de su persona, de sus sueños o necesidades. Lo primero que se pregunta es el nombre, a que se dedica y qué es lo que posee. Vivimos tan encerrados en estos mandatos sociales acerca de lo que se debería hacer que la exigencia nos lleva a elevados niveles de tensión. Por eso la ansiedad esta muy conectada con la exigencia y con lo que se debería ser. Entonces por ejemplo, una persona excedida de peso ya tiene la exigencia de bajar de peso. No solamente por lo que ella misma necesita, sino porque la sociedad señala con el dedo. Uno debe cumplir con ciertos mandatos e imágenes sociales de ser bello, tener éxito… Sino se corre el riesgo de ser rechazado incluso si solo tienes 2 o 3 kg de más. Basta con mirar publicidades para comprobarlo. Parecería ser que la felicidad depende de tener un auto, de los lugares que visites, del dinero que se tenga, del físico y aspecto de uno, de la marca de cigarrillos que se fume…

Lo material y lo espiritual

El bienestar no depende de la felicidad interna, de desarrollar tus capacidades y habilidades, tu creatividad o de encontrarse con uno mismo; de la conexión espiritual, de los logros que hayas alcanzado, de tu relación con Dios o con la vida, con la naturaleza, con tus amigo o familia. Pareciera que solo depende de un montón de cosas extrañas. Entonces ¿cómo no vamos a estar ansiosos y tensos, si nada de lo externo es permanente y tiene real valor?

Lo malo es que nos enseñaron a aferrarnos a lo que no es duradero y de aquello que esta fuera de nosotros. ¿Cómo no vamos a sentir inseguros? Ahora… volviendo un poquito al tema de la exigencia: La exigencia de lo que deberíamos ser y hacer. Ya de por sí, la exigencia es una demanda que nos ofrece como única posibilidad solo aquello que nos exige. Es decir: no nos queda otro camino mas que ese. Terminamos en callejones sin salida, con la exigencia y el deber ser. Allí nos empezamos a angustiar terriblemente sin darnos cuenta que la vida tiene muchas opciones. Los caminos sin salida están conectados con la falta de conciencia; por eso la propuesta es: no hagas lo que la ansiedad te manda y no te enojes con la ansiedad. Por favor quédate un segundo mirando lo que le pasa a tu cuerpo, observando el nerviosismo, la inquietud, el dolor de estómago o lo que sea que te esté sucediendo. Observa ¿de qué estás escapando, yendo hacia la heladera y comiendo? ¿Hay algún problema que hayas tenido? ¿Hay alguna emoción que esta queriendo mostrarse y no es permitida?

Pensemos juntos: Comiendo de todo o fumando un cigarrillo, o tomando un vaso de alcohol, aquello que te angustia, aquello que te tensiona, ¿realmente se soluciona?

Tú sabes que no se soluciona. Sólo se están demorando las cosas, y estás permitiendo que tu vida siga igual. Tu angustia sólo se distrae un momento. Pero no tiene ninguna posibilidad. Y de esta manera, lo único que consigues es dañarte más. Las soluciones no se encuentran al negar lo que nos pasa. Se encuentran apelando a nuestra conciencia y trabajando con ella. No es un camino fácil ni rápido. Pero el resultado que se obtiene es concreto. Puedes tener una vida mejor, y estar en paz contigo mismo. Como el cuento de la hormiga, lo que importa es estar en camino. Paso a paso. Un minuto de conciencia hoy, se suma al de mañana. Un minuto de conocimiento se suma a largos momentos de darte cuenta de quien realmente eres. Te aseguro que esos minutos de conciencia se traducirán en momentos de bienaventuranza y paz interior. Sé que crees que lo que decimos es una linda fantasía. Pero te aseguro que no es así. La mente, con sus viejas estructuras, siempre se interpone y ponen obstáculos frente a la posibilidad de que uno se encuentre a sí mismo y sea en verdad feliz. La verdad no está en los ataques de ansiedad o en aferrarnos de las cosas externas. Lo verdadero esta dentro tuyo y SI es posible. Es posible encontrarse consigo mismo. Es posible disfrutar de lo que uno es con todo lo que somos, con todas nuestras partes; lo feo y lo lindo, lo humano y lo divino.

Por que eso somos: humanamente divinos y divinamente humanos. Y esta gran paradoja es con la que nos toca vivir. Y con esta gran paradoja es con la que nos tenemos que enfrentar cada día que vivimos. Sé que es difícil. A todos nos cuesta. Pues todos pasamos por situaciones límites, por momentos de crisis, por grandes incertidumbres.

Emociones y pensamientos

Pero si nos aferramos a vivir con esas emociones y pensamientos sin tomar conciencia de ellos, realmente no hay escapatoria y nos dirigimos hacia un camino sin salida, donde cada día hay mas y mas sufrimiento. Lo que estamos mostrando, es que hay un abanico de posibilidades, que hay diferentes caminos para encontrarse a uno mismo, y que la vida tiene realmente sentido. El verdadero tesoro no está afuera sino dentro de ustedes. Por favor inténtenlo. No se pierde nada probando. Simplemente cuando venga una emoción, quédate un minuto sintiéndola, viéndola, reconociéndola. Porque las emociones no son nada más que energía pura. Y la energía pura es maravillosa; no es malo sentir bronca, lo que no sirve es accionar desde la bronca y lastimar a alguien. Hay que intentar hacer algo productivo para uno en ese estado, en lugar de reaccionar. Verás lo energizado y vital que te sientes.

Lo mismo pasa con la tristeza. No está mal estar triste; lo que sucede es que hay una fantasía alrededor, que es que uno acabará en depresión. Y la depresión no es nada más que negar lo que estamos sintiendo. Detrás de la depresión, generalmente hay mucho dolor o mucha bronca.

Para finalizar, recuerden que la ansiedad aparece cuando no estas presente en el momento actual.

Te será útil respirar, detenerte unos momentos y observarte, tratando de descubrir qué emociones, sensaciones y pensamientos se están ocultando detrás de este ataque de ansiedad. No te desesperes si al principio no puedes visualizarlo. Acuérdate de la hormiga: “lo importante es estar en camino”. Paso a paso. Un instante de conciencia, de darte cuenta, es la llave para entrar a tu tesoro interno y comenzar a disfrutarte. A disfrutar lo que tienes y no de lo que supuestamente vendrá. Disfrutar de las pequeñas cosas: de un plato de comida; de su color, de su sabor, de su olor. Y principalmente, aprender a disfrutar de tu propia existencia. No olvides que eres un ser único original. No hay en el mundo nada ni nadie que sienta, piense, viva, o vea como tú.

Categorías
0 Comments
0 Pings & Trackbacks

Deja un comentario