Comprender la obesidad requiere una revisión al interior de las familias y a las experiencias de vida de los individuos con esta enfermedad. Los hábitos alimenticios y el estilo de vida que se aprenden en la infancia son factores relevantes para desarrollar obesidad.
El acercamiento hecho por investigadores de la Facultad de Trabajo Social y Desarrollo Humano de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), México, tuvo como propósito describir el proceso de aumento de peso desde la perspectiva de la gente con el padecimiento.
La metodología fue diseñada para conocer los significados, interpretaciones y experiencias de 26 participantes. Catorce mujeres mitad mexicanas y mitad mexicano-norteamericanas; y doce varones divididos de la misma forma, todos entre los 24 y 55 años.
Mediante entrevistas se indagó en las respuestas que ellos mismos dan sobre su problema de obesidad. El diálogo entre investigador y pacientes se enfocó a los sentimientos, pensamientos e ideas relacionados a su enfermedad. Con el objetivo de entender también el origen de la afección se examinaron patrones alimenticios culturales y familiares.
Uno de los temas sobresalientes en los resultados es la imagen del cuerpo. La apariencia física, la forma y tamaño del propio cuerpo resultó positiva para la mayoría de entrevistados. Según el informe «en general los participantes declararon que vivían felices en cuerpos grandes y que tienen una percepción positiva de sí mismos.» Quienes declararon no estar satisfechos con su figura estuvieron en un rango de 45 a 57 años.
Fue evidente que los hábitos de alimentación familiares son detonantes de la obesidad. El estudio demuestra que las interacciones sociales – al estar constituidas por pensamientos, sentimientos y actitudes – influyen en las prácticas alimenticias. Si en el núcleo familiar se acostumbra comer continuamente y disponer de comida entonces cada integrante será propenso a desarrollar la enfermedad.
Además existen otros factores culturales como el contexto escolar y la influencia de los medios. Las fiestas tradicionales se asocian con grandes porciones de alimentos y son parte del origen de la obesidad en los participantes.
Los patrones de dieta y predilección por ciertas actividades se producen dentro del núcleo familiar y se incentiva socialmente. Una compleja serie de factores en múltiples contextos que interaccionan están implicadas en el desarrollo del sobrepeso y la obesidad.